La carta. Santiago fue escrito para exhortar a los creyentes hacia la madurez y la vida de santidad. Santiago es un documento eminentemente práctico. No existe mucha teología en Santiago, destila principios prácticos de vida cristiana.

 

Martin Lutero tildó a esta libro como una Epístola de paja, porque pensó que en él se anuncia un evangelio de salvación por fe mas obras. Pero en realidad el énfasis del Libro de Santiago es que la fe verdadera produce siempre buenas obras. Los creyentes no somos salvos por buenas obras sino para buenas obras.

 

Efesios 2:10 dice: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas"

 

Hoy en día existen muchas personas que dicen que son salvas por la fe en Cristo como su Salvador, pero sus vidas no están demostrando esas buenas obras que caracterizan a una fe verdadera. Toda persona que verdaderamente ha depositado su fe en Cristo para la salvación de su alma, mostrará las buenas obras que resultan de ello.

 

Un gran hombre de Dios solía decir: La fe sola es la que salva pero la fe que salva nunca viene sola. Es decir la fe que salva siempre se manifiesta en buenas obras. Hoy en día vivimos en una época de crisis de credibilidad. Todos o casi todos se dicen cristianos, todos o casi todos se dicen salvos, pero muy pocos están mostrando con su estilo de vivir que en realidad son cristianos o que en realidad son salvos. Las acciones desdicen las afirmaciones de muchos.

 

Es por tanto muy actual la enseñanza de Santiago porque allí veremos como se manifiestan esas buenas obras que deben acompañar a todo creyente verdadero